¿Que es esto?

Bienvenid@s

Bueno, este espacio fue creado para publicar mis historias que me invento XD, y de paso, con la ayuda de ustedes, mejorar mi escritura (tal vez) pero es probable que no solo lo utilize para eso, ya veremos en que se convierte este blog mas adelante jeje.

viernes, 24 de febrero de 2012

Hola! Siento pasar tanto tiempo sin actualizar pero la pereza, la universidad, los bloqueos mentales, etc. me han impedido escribir, pero a partir de ahora tratare de actualizar mas seguido. No atraso mas y les dejo el capitulo:

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Iván se detuvo un momento y contempló desde afuera el enorme edificio en donde vivían Alfred y su hermano –del que a veces se le escapaba el nombre o simplemente olvidaba que existía- y donde estaba su hermana menor. No era la primera vez que iba pero nunca podía reprimir el impulso de observar desde ahí que tan alta era la estructura.

Los norteamericanos vivían en un edificio de apartamentos, estaban diseñados para gente rica, cosa que a Iván le parecía totalmente ilógico dado que si tienes el dinero lo normal es que compres una casa, pero quien entendía a los ricos. Aun así había comprobado que en el lugar vivían varias familias, que en realidad eran de clase media pero el joven los agrupaba en la misma clase social. Lo cierto es que varias de esas familias antaño habían sido bastante importantes.

De repente su teléfono vibro en su bolsillo. Su hermana mayor le había mandado un mensaje pidiéndole que no regañara muy fuerte a Natasha, que tratara de que le contara su problema y que no llegara tarde a clase. Aun después de toda la angustia que había sufrido el día anterior Yekaterina aun podía ser considerada con la menor y preocuparse por que él fuera a clases. Sonrió, aunque su bufanda le tapaba la boca. Mientras avanzaba por el edificio pensó de nuevo en su hermana mayor, a la que en un principio había empezado a ver como su madre.

Iván no era tan joven como Natasha cuando quedaron huérfanos, así que por un tiempo estuvo deprimido, pero un día Yekaterina le regalo su bufanda favorita –misma que llevaba en ese momento- y se dio cuenta de todos los problemas que estaba causando. Desde entonces se mostraba ante ella con una sonrisa despreocupada pero empezó a desquitarse con algunos de sus compañeros de clase, cosa que solo le provocaba un malestar más grande. Con el tiempo la presencia de su hermana mayor lo tranquilizaba, cuando estaba a su lado se sentía en paz. Poco a poco su cariño hacia ella fue creciendo hasta el punto de casi haber olvidado a sus padres, de hecho solo los recordaba por las fotografías que había en la casa. Así siguió pasando el tiempo, hasta que hacía dos años cayó en cuenta de que su hermana le gustaba como le podría gustar cualquier chica que viera en la calle.

De repente sus pensamientos se vieron interrumpidos. Había chocado con algo, retrocedió dos pasos y se dio cuenta de que se había dado contra una puerta que había sido abierta repentinamente por una chica de más o menos la edad de Natasha.

- Lo siento – se disculpo rápidamente al darse cuenta de lo que había provocado.

- Pudiste haberme roto la nariz – dijo Iván con un tono calmado pero que aun tenía algo de reproche.

- Ya me disculpe – contesto la chica sorprendida por el reclamo.

- Pero si me hubiera roto la nariz una disculpa no habría bastado – insistió el mayor.

- Pero no paso – insistió ella, estaba empezando a molestarse. Iván supuso que no estaba acostumbrada a que le regañaran – ¿o qué quieres? ¿Que te compense?

Iván estaba a punto de decirle que de hecho lo había golpeado, así que sí tenía que compensarle, pero en ese momento la puerta de enfrente se abrió, Mathew tembló ligeramente al ver a Iván, lo saludó y de repente se dio cuenta de la presencia de la chica.

- Buenos días Anastasia – saludo encantado, la chica era una de las pocas personas que no olvidaba su nombre ni su existencia.

- Hola Mathew – saludo alegremente después miró a Iván con cara de pocos amigos – parece que conoces a este tipo así que por favor explícale que dado que no le rompí la nariz una disculpa es más que suficiente para él, yo tengo prisa, voy tarde, adiós – tan repentinamente como había aparecido, la chica se fue.

- Acabas de hacer que perdiera un almuerzo – le dijo Iván con una sonrisa inocente – ahora tendrás que invitarme tu – el norteamericano tembló, y tembló aun mas cuando el ruso se puso serio y agrego – Espero que no le hayan hecho nada a mi hermana.

- No – el muchacho no paraba de temblar – está sana y salva adentro, Alfred durmió conmigo y ella acaba de despertar hace un rato – relato nerviosamente.

En ese momento se escuchó como si tiraran algo de vidrio dentro del apartamento de los norteamericanos. Alfred acababa de decirle a Natasha que había llamado a Iván y en respuesta ella le había arrojado lo primero que encontró: el típico jarrón costoso.

Natasha sencillamente no estaba preparada para hablar con su hermano ¿Cómo iba a explicarle que había huido de casa porque estaba enamorada de él y se acababa de dar cuenta de que a él le gustaba su hermana mayor? Es más, no pensaba decírselo, pero aun no tenía preparada una excusa. Prácticamente acababa de despertar, no había tenido tiempo para pensar en que iba a decirles a sus hermanos. Y el hecho de que Iván acabara de aparecer en la puerta no ayudaba. Aterrada, corrió a encerrarse en el cuarto de Alfred.

- Hola Iván – saludo el norteamericano, como si nada.

- Hola Alfred – saludo sin perder la sonrisa - ¿se puede saber que le estabas haciendo a mi hermana para que te arrojara un jarrón?

- Obviamente yo no le hice nada – hablo con su típico aire de superioridad – el trabajo de un héroe es rescatar a las damiselas en peligro, no lastimarlas. En cambio me gustaría saber que le hiciste tú a ella, me arrojo el jarrón apenas le dije que te había llamado y ayer me hizo esto – señalo los cortes en su cuello – porque no quería que la llevara a su casa – Iván parpadeo desconcertado – no te hagas el inocente, siempre supe que encajabas en el perfil de un villano.

- Yo no le hice nada – contestó el ruso – bueno, ya aclararé las cosas con Natasha luego, por ahora vengo a llevármela.

Natasha maldijo en voz baja. Estaba pegada a la puerta escuchando la conversación. Si no estaba preparada para hablar con Iván, mucho menos los estaba para hablar con Yekaterina. Aunque no tuviera idea, ella era la causante de todo ese alboroto. En ese momento Natasha la odiaba por haber captado la atención de su hermano, pero al mismo tiempo se decía que era inocente, que los pecadores eran ellos. Si la veía estando tan confundida, no estaba segura de cómo reaccionaría o de lo que pudiera hacerle.

- Lo siento pero no creo que eso pase – dijo Alfred.

- ¿Eh? No entiendo – dijo Iván con su típico tono inocente – Natasha es mi hermana, está en casa ajena, lo natural es que se vaya conmigo – intentó explicar.

- Pero tu hermanita no parece querer ir a su casa, así que como héroe mi deber es dejar a la damisela donde se sienta segura – respondió el norteamericano.

Alfred por fin había hecho algo sensato. O al menos eso fue lo que pensó Natasha hasta que escucho a su hermano preguntar si al menos podía hablar con ella y tras dudar unos segundos el norteamericano accedió.

Normalmente Iván habría ignorado al intento-de-héroe y se habría llevado a su hermana por la fuerza si fuera necesario. Pero Alfred tenía una fuerza igual a la suya y en ese momento no le convenía empezar a pelearse con él. Además debía mostrarle algo de gratitud por haber recogido a Natasha, aunque no confiara mucho en él siempre era mejor opción a que su hermanita hubiera acabado con un desconocido.

Antes de que la Natasha lograra ponerle el seguro a la puerta, esta se abrió dejando entrar al gigantesco Iván, que como de costumbre llevaba la bufanda que le había regalado Yekaterina. La chica sintió una punzada de dolor al verla, el año anterior ella también le había regalado una pero nunca se la había visto puesta. Alfred los dejo solos.

- Hola Natasha – saludo como si estuvieran a en una noche normal en casa y estuviera llegando de la universidad.

- Hola hermano – saludo ella sintiéndose un poco torpe.

- ¿Quieres decirme porque saliste corriendo anoche? – preguntó con naturalidad, ella negó con la cabeza – Entonces ¿Quieres decirme porque no quieres ir a casa? – nuevamente negó, ambos hermanos se quedaron en silencio.

Desde el principio Iván no había tenido la intención de regañar a Natasha, había asumido que ella se iría dócilmente con él y le platicaría todo en el camino. A pesar de que realmente no tenía mucho contacto con ella, se daba cuenta de que su hermanita le guardaba un gran afecto: le servía en todo lo que podía, buscaba cualquier excusa para platicar con él, le daba regalos, etc. Casi parecía una niña enamorada cuando estaba a su lado, claro que el chico en ese momento no sospechaba que su comparación era tan acertada. Suponía que su hermana lo tomaba por el padre de la familia, así como pensaba en Yekaterina como si fuera la madre.

Pero en realidad Iván no había estado muy al pendiente de su hermana menor. Entre su depresión, los desquites con sus compañeros, y los sentimientos cada vez más fuertes hacia Yekaterina, no se había dado cuenta de que Natasha había crecido hasta que descubrió a uno de los chicos de su universidad que estaba en primer año y venia de Lituania viéndola con ojos de enamorado. Solo entonces observó que la niña que solía llamarlo cuando tenía pesadillas casi se había convertido en una mujer adulta y acababa de cumplir la mayoría de edad.

Desde entonces la considero una adulta y a juzgar por su actitud una bastante capaz de hacerse responsable de sus problemas. Por eso no se preocupo demasiado al verla correr de repente la noche anterior, supuso que se había metido en algún lio y para no involucrarlos se había ido de repente. Salió a buscarla porque Yekaterina estaba demasiado preocupada, aunque él suponía que regresaría tarde o temprano.

- Entonces ¿Vas a quedarte aquí? – retomó el interrogatorio.

- Creo que si – respondió débilmente, Iván abrió la puerta.

- Entonces avísame si vas a algún otro sitio – casi se había ido cuando volvió a asomar la cabeza y agregó – y llama a Yekaterina, está muy preocupada.

Una punzada de culpabilidad le hizo levantar la vista justo a tiempo para captar la mirada seria de su hermano que daba a entender que era una orden, antes de que cerrara la puerta.

Iván estaba molesto, no tanto porque Natasha no hubiera dicho nada sino porque había decidido quedarse en la casa de Alfred. Eso era un problema. Ahora tendría que ser amable con el norteamericano.

De camino a la universidad se encontró con su hermana mayor. Le explico que Natasha se encontraba bien y que por alguna razón no quería regresar a casa.

- Gracias a Dios – suspiro la mayor, pero luego agregó preocupada - ¿Por qué crees que no quiere regresar?

- Seguramente son cosas de adolescentes, ya se le pasara – le contestó para tranquilizarla.

Pero la verdad era que no tenía idea, solo esperaba que no se quedara mucho tiempo con Alfred. No le gustaría que empezaran a llevarse bien.

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Por si se lo preguntan, sí, quien aparecio se supone que es la princesa Anastasia (que me voy a inventar su personalidad) es que en este fic va a haber UsaBela, CanadaxUcrania y ¿Rusia que es mi favorito va a quedar solo y triste? No! pero realmente no puedo imaginarmelo con nadie mas que sus hermanas (see, tengo una mente un poco retorcida) asi que no se me ocurrio nadie mas que ella.


Matta ne~
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lunes, 1 de agosto de 2011

Frio Invierno: Capitulo 2

Han sido como 50 años desde la ultima vez... pero aqui estoy molestando de nuevo, gracias a mi amiga que a cada rato me dice que siga esta historia jeje

Capitulo 2:

Alfred suspiró, y por enésima vez se removió en búsqueda de una posición más cómoda. Se maldijo nuevamente por haberle cedido su cama a la chica de cabello platinado que había encontrado en aquel callejón, también maldijo a su ex tutor por haberle inculcado modales ingleses que no hacían más que incomodarle la vida, o en este caso el sueño.
Cualquier otra persona se habría acomodado perfectamente en ese sofá-cama, cualquiera menos Alfred, que como buen estadounidense amaba la libertad y moverse a sus anchas. En su cama tamaño King podía perfectamente dar unas cuantas vueltas sin miedo a caer, estirar la mano o la pierna en cualquier dirección sin que sus extremidades queden en el aire o choquen contra algún espaldar.
Volvió a suspirar, esta vez maldijo a su compañero de clases y rival: Iván, el hermano mayor de la joven a ahora reposaba en SU cama. Sabrá Dios que clase de discusión tuvieron para que la chica haya huido de su casa sin querer regresar. Giró su cabeza y vio a Natasha durmiendo plácidamente, su largo pelo caía como cascada a los lados de su cabeza, las facciones de su cara eran tan finas que se le hacia un poco difícil creer que tenía algún parentesco con aquel ruso que, en su opinión mas bien parecía un villano salido de un comic.
Cierto, Natasha parecía un ángel… pero su comportamiento era el de un demonio. Y es que la chica era bastante engañosa: Luego de que se desmayara prácticamente en sus brazos, el rubio la cargó e ignorando la petición de la muchacha se encaminó a la casa de su compañero de clases.
Grave error. La chica despertó cuando faltaban unos cuantos metros y una expresión de espanto se asomó en su rostro al reconocer el lugar, pero no duró mucho. Antes de que el rubio pudiera decir algo una navaja apretaba contra su cuello amenazando con hacerlo sangrar en cualquier momento. Alfred jadeó de la sorpresa.
- ¿Quién eres tú y a donde me llevas? – preguntó Natasha con una voz y mirada gélidas.
- Soy Alfred el compañero de clases de tu hermano Iván ¿no me recuerdas? Y bueno, obviamente te llevo a tu casa – respondió tranquilamente, pues no sospechaba que tan mortífera era la chica que tenía en brazos.
- Te dije que no me llevaras a mi casa – reclamó la muchacha sin apartar la navaja.
- ¿Entonces querías que te dejara congelando en el callejón? – preguntó medio en broma.
- Es preferible -  respondió la soviética sorprendiendo al estadounidense.
Acto seguido hizo ademan de bajar de los brazos del rubio, sin embargo este no la dejó. Molesta, la muchacha preguntó qué era lo que pretendía. Alfred alegó que no era correcto que una señorita pasara la noche en la calle así que iba a entregarla a sus hermanos. Apenas había acabado de explicar sus intenciones cuando un hilo de sangre escapó de un pequeño corte recién hecho en su cuello. Al bajar la vista se topó con la navaja aun clavada en su piel por la mano de Natasha.
- También pienso que una señorita no debería jugar con cuchillos – dijo mirando a la chica esta vez.
- Y yo pienso que no deberías meterte conmigo – contestó Natasha con el peligro anunciándose en la voz – ahora bájame.
- Está bien – suspiró en norteamericano, pero en lugar de soltar a la chica, dio media vuelta y empezó a caminar.
Las protestas de Natasha no se hicieron esperar y a punta de golpes en insultos consiguió que Alfred le explicara a donde la llevaba.
- Ya que no quieres estar en tu casa, te llevo a la mía, te calmaras, me contaras porque no quieres volver y te ayudare a encontrar la solución a tus problemas – explico con un tono de voz alegre.
- Eso es innecesario, solo déjame por ahí, ya me las arreglare sola – reclamó mientras seguía forcejeando para que el chico la bajara – además, tú eres el rival de mi hermano ¿Por qué intentas ayudarme?
- Porque soy un héroe – dijo como si fuera la respuesta más obvia – y el trabajo de los héroes es ayudar a princesas indefensas como tú.
La palabra “indefensa” hizo que la sangre de Natasha hirviera. Intentó degollar al norteamericano varias veces de camino al apartamento donde la llevaba, pero debido a que aun estaba un poco débil bastó con que el chico la zarandeara un poco para evitar que cumpliera su propósito. Finalmente, sin fuerzas, se quedó dormida en los brazos de Alfred. Quien llegó cansado por lidiar con la soviética todo el camino y con varios cortes en el cuello. Su hermano Mathew le abrió la puerta sorprendido, sin embargo no hizo ningún comentario.
Alfred vio el reloj que colgaba en la pared. Se sorprendió al notar que eran casi las tres de la mañana y el no había dormido nada. Había pasado más de 4 horas renegando de estar durmiendo en un sofá-cama maldiciéndose a sí mismo, maldiciendo a Arthur, maldiciendo a Iván y recordando todo lo sucedido después de encontrar a la hermana menor de este ultimo. Se dio cuenta de que no solo estaba incomodo, sino que también sentía frio hasta en los huesos.
Suspiró nuevamente, se levantó dispuesto a colarse en la cama de Mathew. Pero al pasar a la par del teléfono recordó que no le había avisado a Iván que había encontrado a su hermana. Se preguntó si el ruso no estaría preocupado, después de todo, él mismo se preocupaba por Mathew cuando recordaba que tenía hermano. Pero recordando la reacción de Natasha cuando intentó llevarla a su casa, pensó que ella no quería ser encontrada por sus hermanos, así desistió de la idea.
Al meterse en la cama de su hermano fue imposible no despertarlo. Inmediatamente su gemelo le preguntó qué pasaba, Alfred explico que no se acomodaba en el sofá-cama.
- Si no tienes suficiente espacio allí, mucho menos que lo tengas compartiendo cama conmigo – razono el menor a pesar de estar medio adormilado.
- Pero así no tendré frío – replicó Alfred, haciendo poniendo carita de perrito abandonado.
- Esta bien – suspiró Mathew – por cierto, ya le avísate a Yekaterina ¿verdad?
- ¿Que le iba a avisar a quien? – preguntó Alfred, extrañado.
- A la hermana mayor de Natasha – contestó el otro chico, al ver la cara de confusión de su hermano, explicó – Yekaterina es la hermana mayor de Iván y Natasha es su hermana mayor.
- Aaaaahhhh – dijo el mayor cayendo en cuenta de que en ningún momento había recordado el nombre de la chica a la que había socorrido – Tienes razón, aunque Iván sea un villano, su hermana mayor es otra historia – notó que ahora era Mathew quien tenía una cara de confusión – Es que a juzgar por el comportamiento de Natasha, pensé que tal vez se había peleado con Iván, así que no creí que él estuviera preocupado, pero seguramente la otra hermana sí.
- Tengo entendido que Yekaterina ha sido como una madre para esos dos – dijo el otro norteamericano – seguramente debe estar preocupada – añadió con un poco de preocupación en su voz, cosa que Alfred no notó.
Nuevamente se levantó y se dirigió al teléfono. Una persona normal lo hubiera pensado dos veces tomando en cuenta la hora, pero Alfred simplemente no prestaba atención a nada, todo lo que quería era irse a dormir en paz. Marcó el número telefónico de la casa del ruso y contra todo pronóstico, Iván le contestó.
- ¿Hola? – sonaba un poco alterado, lo que sorprendió al norteamericano, pues incluso cuando se peleaban mantenía un tono calmado y una sonrisa aparentemente inocente. Entonces comprendió que no había sido el único que había pasado la noche en vela.
Alfred le informó que había encontrado a su hermana, y sorpresivamente se vio abordado por una lluvia de preguntas que fue incapaz de responder inmediatamente. Luego de un rato, cuando ya el ruso se había calmado un poco, le explico la situación. Recibiendo a cambio un par de amenazas si se atrevía a hacerle algo a Natasha.
- Entonces iré mañana – el ruso hizo una pausa, Alfred imagino que estaba pensando lo mismo que él – mejor dicho, hoy – si, estaban pensando lo mismo – antes de ir a clases a traerla de vuelta.
- Eso será sobre mi cadáver – dijo el estadounidense, sorprendiendo a Iván – tu hermanita no quiere regresar a su casa, por eso tuve que traerla a la mía.
-Está bien – suspiró el ruso – iré a ver qué le pasa.
A decir verdad iba a decir que era su hermana y no iba a permitir que permaneciera más tiempo fuera de casa, pero conociendo a Alfred sabia que se opondría y que terminaría embarcándose en una discusión que podía durar lo que quedaba de la madrugada, y él necesitaba dormir.
- Gracias por avisarme Alfred – el estadounidense se sorprendió, era la primera vez que Iván le daba las gracias por algo – pero sobre todo gracias por recoger a Natasha.
- No hay de que, después de todo solo hice mi trabajo como héroe – respondió Alfred con el ego por las nubes. Inmediatamente Iván colgó el teléfono molesto – Este Iván, no soporta que le digan la verdad – comentó para sí mismo.
Finalmente Alfred pudo colarse nuevamente en la cama de Mathew para descansar y durante el transcurso de la madrugada botarlo de la cama.
Continuara…

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Y eso es todo por hoy, hasta el 2012 XD es decir, hasta que tenga otro momento de inspiracion....


Matta nee~
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domingo, 22 de mayo de 2011

Historia 2: Frio invierno

Hola~ yo aqui de nuevo, esta vez traigo un fanfic de Hetalia, pero si no has visto Hetalia no hay problema porque se desarrolla en un universo alterno y creo que quedo bastante entendible para quien no ha visto la serie. Por cierto, mi inspiracion inicial fue la cancion de Lonely in Gorgeous de Tonmy February6 por si alguien se lo pregunta (busquenla en youtube) y el titulo no tiene mucho que ver con la historia, se lo puse porque tenia que poner un titulo XD soy mala inventandolos.

Si has visto Hetalia tengo unas cuantas advertencias que hacer:
1. Pues eso, es un universo alterno.
2. Utilizo los nombres humanos de los paises: Yekaterina para Ucrania, Iván para Rusia, Natasha para Belarus y Alfred para Estados Unidos (que aparece mas adelantito)
3. El caracter o personalidad de Belarus esta un poco (muy) diferente, menos acosador XD
4. eeemmm creo que es todo?

Espero que les guste, sin mas locuras que agregar aqui el fic:

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Historia 2: Frio Invierno

Natasha no pudo evitar dejar caer la taza que segundos antes reposaba entre sus manos, salió corriendo y casi bajo de un salto las escaleras hasta llegar a la puerta de la entrada. Estaba cerrada, desesperada, no se molesto en intentar abrirla por las buenas sino que de una fuerte patada la derribó, perdiendo en el proceso las pantuflas que protegían sus pies. Aun así no le importo. Salió corriendo como si su vida dependiera de ello a pesar de que sus pies se herían y se enfriaban por culpa de las piedras que sobresalían de la fina capa de nieve que cubría la tierra. Corriendo sin saber a dónde dirigirse, no supo en qué momento había saltado la cerca de su casa para acabar entre los arbustos del jardín vecino. El sonido de su vestido rompiéndose y las ramas arañándole la piel no lograron captar su atención.

Natasha no sentía nada: ni el frio, ni el dolor de las heridas recién hechas, ni la fatiga de sus músculos, ni la dificultad de sus pulmones para conseguir oxigeno… nada. Solo había lugar para el terrible dolor que desgarraba su pecho. Escucho a su hermana mayor gritar su nombre a lo lejos, el dolor aumento: aunque ella se esmerara en buscarla, eso no la reconfortaba, ella quería que él la buscara… sin embargo eso no sucedería. Él no la perseguiría.

Cuando las lágrimas finalmente bajaron por sus mejillas se vio incapaz de seguir corriendo. Una pared apareció como por arte de magia para detenerla al momento en que se sintió colapsar. Con la vista medio borrosa descubrió que estaba en la ciudad, había fiesta. El bullicio la molestaba pero al no tener la energía suficiente para moverse decidió deslizarse en el pequeño callejón para llorar en paz.

Estaba mal, estaba enojada, estaba triste, estaba… celosa… celosa, de su hermana mayor. Muchos dirían que lo único que Natasha tenía que envidiarle a su hermana era su generoso escote, fuera de eso la mayoría de las personas decían que Natasha era la más grácil y bonita de las dos. Sin embargo esa misma gente coincidía en que lo que Yekaterina no tenía en gracia y belleza lo compensaba con su carácter: dulce, considerada y servicial. Mientras que la menor era fría, intimidante y peligrosa. Si, era peligrosa, no estaban exagerando, no por nada era la delincuente más peligrosa de su secundaria.

Aun así la menor no le envidiaba nada a su hermana, al contrario la quería mucho, al quedar huérfanos fue Yekaterina quien se encargo de ella y de su hermano mayor. Estaba a la mitad de su carrera universitaria cuando sucedió la tragedia, dejó sus estudios y se dedico por completo al cuidado de ellos. Si Natasha recordaba las caras de sus progenitores era por las fotos que sus hermanos conservaban de ellos. Así que la consideraba a ella como su madre.

Pero la causa de su repentina huida de casa, de sus celos hacia su hermana mayor, era el varón de la casa: su hermano Iván. Desde que tenía memoria, Natasha había sentido una admiración y devoción increíbles por él. En el fondo siempre supo que lo que sentía por Iván era otra cosa, pero era muy joven para ponerle nombre. Hasta el día en que su hermano trajo una chica a casa y la presentó como su novia.

Ese día, prudentemente esperó a que terminara la visita de la chica para que su hermano fuera a dejarla y así quedar a solas con su hermana. Le preguntó muchas cosas referentes al noviazgo y cosas así. Hasta que se decidió a explicar timidamente lo que sentía por Iván. Sin embargo por alguna razón que hasta el momento desconocía, se cuido de mencionar a quien se refería. Fue cuando Yekaterina le revelo que esos eran los síntomas de alguien enamorado.

Al principio Natasha se sintió bastante mortificada por tal descubrimiento. Y no era para menos ¡Estaba enamorada de su propio hermano! Los primeros días su mente se internó en un conflicto interno, pues la situación iba en contra de los principios que le había inculcado y por otro lado no podía evitar sentir lo que sentía. Finalmente lo aceptó y olvidándose de su conciencia se dedico a amar a su hermano en secreto. Pero el peso de sus pecados empezaba a aplastarla, así que empezó a desahogarse causando problemas en la escuela hasta convertirse en una delincuente. Yekaterina nunca pudo hacer nada para controlarla, apenas podía dedicarse a curarla cuando la herían e Iván siempre estaba inmerso en su mundo sin prestarle atención. Y eso le dolía. Por eso causaba cada vez más problemas.

Pero esa no era la razón de la situación que se desarrollaba en ese momento. La causa era la escena que había visto antes de salir de casa. Parecía una escena normal, nadie le vería nada de malo a que Yekaterina le hubiera ayudado a Iván con un trabajo de la universidad. Y realmente ese no había sido el problema, la misma Natasha había visto todo eso con una sonrisa que rara vez aparecía en su cara y una taza de chocolate caliente en sus manos, que precisamente iba a darle a su hermano. Pero el mundo pareció volverse negro para ella cuando vio a Iván sonreírle a su hermana dándole las gracias y agregar un "te quiero mucho" al final. La mayor le sonrió, después de todo el chico se lo decía muy a menudo.

Pero la menor de los tres había notado algo diferente, la mirada de Iván tenía un brillo peculiar al momento de decir eso. Y entonces lo supo: era el mismo brillo que Natasha había notado en su propia mirada cada vez que frente al espejo terminaba de arreglarse y se preguntaba si su hermano pensaría que estaba bonita. No habia duda: su hermano Iván estaba enamorado de su hermana Yekaterina. Horrorizada soltó la tasa y salió corriendo de la casa.

- ¡Vaya familia de incestuosos salimos! – susurro al tiempo que sonreía para sí misma con amargura.

Se quedó llorando en el callejón un rato más, sin saber que mas hacer. Después de todo no podía regresar a su casa porque no sabría como explicar todo el drama que acababa de armar, tampoco podía decirle a su hermana sobre el triangulo amoroso que se había formado entre ellos sin tener pruebas del amor de su hermano Iván, además ella no era quien para delatarlo. Aparte de eso no tenía fuerzas para levantarse e ir a ningún lado.

Notó que empezaba a nevar, señal de que la temperatura bajaría dramáticamente de un momento a otro, pues en Rusia los inviernos no eran nada suaves. Suspiró resignada, era evidente que con tanto alboroto Yekaterina no sería capaz de encontrarla (pues no creía que Iván intentase buscarla) además de que estaba lejos de casa. Su vestido, aunque era lo suficientemente grueso como para salir a la calle en un día normal, no representaba una gran defensa contra el frio de una noche nevada rusa, especialmente ahora que estaba roto.

Su destino parecía estar sellado: Iba a morir de frio, sola, en un callejón sucio, y para colmo no iba a ser una muerte en paz debido a la bulla de la fiesta. Su corazón se contrajo al pensar en lo triste que se sentiría Yekaterina, pero el dolor de pensar que tal vez a Iván no le importaría en lo mas mínimo su muerte se le hiso tan insoportable que empezó a llorar de nuevo. Fue cuando escucho una voz hablándole:

- Oye tú ¿Qué haces ahí? – al levantar la vista Natasha reconoció al compañero de clase y rival de su hermano, no recordaba su nombre solo sabía que era estadounidense – Ah! Pero si eres la hermanita de Iván – por lo visto, él también la reconoció - ¿estas bien? ¿Qué te sucedió?

El muchacho, que al parecer de Natasha tenía fuerza sobrehumana la hiso ponerse de pie sin mucha dificultad. Pero ella no fue capaz de sostenerse y hubiera caído si el rubio no la sostiene.

- OPS! Parece que estas un poco mal, te llevare a tu casa y… - no término de hablar cuando Natasha negó débilmente con la cabeza.

- Por favor, a mi casa no – fue todo lo que dijo antes de desmayarse.

Continuará…

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... Y, eso es todo por ahora, espero no haya quedado tan mal (especialmente para los que ya han visto Hetalia)

Por cierto, Daxs Martinez gracias por comentar, no importa mucho como sigas el blog, solo me alegro mucho de saber que alguien lo lee, y pues yo trato de no hacer historias tragicas (si, ya se que con esta no lo demuestro mucho pero prometo que mejora mas adelante) eso si, yo JAMAS DE LOS JAMASES VOY A HACER UN FINAL TRAGICO hasta ya tengo a una amiga contratada para que me abofetee y hago eso XD nuevamente gracias por comentar, espero tu opinion sobre esta y la anterior historia. Y claro si alguien mas se anima a comentar no me voy a enojar XD

Matta nee~~
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martes, 26 de abril de 2011

Historia 1: Una guerra secreta

Mes y pico escribiendo esto, soy un desastre, pero gracias a mi amiga por ayudarme con una cosita que no me cuadraba, gracias a ella la historia esta terminada hoy, por cierto no me quedo TAN romantica, creo que solo el final es medio rosa, pero bueno, sin mas preámbulos, aqui esta la primera historia.


Una Guerra Secreta

Ambos jóvenes acentuaron sus caras de fastidio al encontrarse frente al ascensor. Normalmente entablarían una guerra de miradas para decidir quién debería subir las escaleras. Pero esta vez no fue así, ambos tuvieron un día pesado y realmente no tenían ánimos para pelear. Así que con la mirada acordaron una tregua por ese día.
A pesar de que eran vecinos no se llevaban nada bien, peleaban a diario por cualquier cosa. Varias vecinas los molestaban diciéndoles que un día acabarían de novios, pues realmente no existía una sola razón válida para ese extraño odio. Y al parecer tenían razón…
El ascensor subía con tortuosa lentitud haciendo sentir incómodos a sus ocupantes, pues nunca se habían quedado solos y en silencio, siempre era cuestión de verse las caras para empezar a discutir.
Molesto por la situación, el muchacho quiso entablar conversación a pesar de que no tenía ánimos para discutir. Pero cuando intentó buscar mentalmente algo de qué hablar, se dio cuenta de que nunca había tenido una conversación decente con ella, salvo la primera vez que se vieron, cuando se acababa de mudar al edificio. Esa vez se presentaron con normalidad, pero como ella estaba ocupada no se dijeron mucho. Al día siguiente se toparon en ese mismo ascensor, solo que ambos iban acompañados por sus respectivas parejas, se produjo un silencio igual al de ese momento. El chico pensó que quizás por eso se sentía incomodo y siguió haciendo memoria. Esa noche empezaron las discusiones y a partir de ahí nunca fue capaz de hablar civilizadamente con ella. Justo estaba dándose por vencido cuando notó que solo faltaban un par de pisos para llegar a su destino. 
“Menos mal” pensó. Fueron los segundos más largos de sus vidas. Al llegar a su habitación el chico se tumbo en su cama dispuesto a dormir para olvidar ese tortuoso día, pero recordó que tenía tarea. Tuvo que levantarse a hacerla, pues era bastante olvidadizo y si no lo hacía en ese momento no estaba seguro de recordarlo más tarde. Así que se puso manos a la obra… o eso intento.
Apenas se disponía a leer su tarea cuando un ruido ensordecedor lo sorprendió, se trataba de su “querida” vecina que había puesto música a todo volumen. El chico intento ignorarla, pero le fue imposible, entonces llegaron a su mente los recuerdos de todas las veces que la muchacha le había reclamado por hacer lo mismo. Inmediatamente su sangre empezó a hervir, se levanto de un salto y en menos de cinco segundos ya estaba frente a la puerta de la chica. Empezó a golpear fuertemente, casi derribándola.
Por su parte la chica estaba tirada en su cama escuchando la música e intentando ignorar al joven que golpeaba su puerta, cosa que le resulto imposible cuando luego de amenazar con derribarla se escuchó un golpe muy fuerte. Con todo el fastidio del mundo, la muchacha se levanto decidida a evitar que aquel “tonto amargado” como ella lo llamaba lograra su propósito.
Justo cuando el chico iba a lanzarse contra la puerta nuevamente, se detuvo en seco al ver que su vecina había por fin aparecido.
- ¿Se puede saber qué te pasa? – pregunto ella, más que fastidiada.
- Esa es mi línea – respondió el chico – quiero que le bajes el volumen a eso que tu llamas música, no me deja estudiar.
- Disculpa, pero esta es MI habitación, así que hago lo que YO quiera, no es mi problema que te moleste.
- ¿Qué? – el chico estaba más que indignado - ¿Cómo es posible que cada vez que yo hago eso tu vienes a reclamarme, si yo te digo algo, me dices que perturbo a la vecindad y un montón de cosas más, y ahora que la situación es al revés resulta que tu si puedes hacer lo que te dé la gana?
- Eso es porque la música que escuchas es HO-RRI-BLE, nadie soporta ese ruido.
El muchacho estaba a punto de sufrir un ataque cardiaco, estaba realmente molesto, necesitó de toda su fuerza mental para controlarse y no darle un puñetazo a la chica. Ella sonreía prepotentemente creyendo que había ganado la discusión, cuando en realidad él estaba concentrado el calmarse, con la cabeza baja y contando hasta cien.
De repente, levanto la cabeza y con una mirada de autentico odio se adentró en el cuarto de la chica, resuelto a apagar la fuente del ruido. Ella quedo tan aturdida por la repentina acción del muchacho que le tomo un par de segundos comprender lo que pretendía hacer. Entonces corrió a posicionarse frente a él.
- Ni lo intentes – amenazó ella.
- ¿Y crees que tú podrás impedírmelo? – respondió con una sonrisa burlona.
- No lo sé, pero a ver cuanta gente viene si empiezo a gritar porque estas entrando a la fuerza a mi cuarto.
- Eso si te escuchan, cosa que me parece demasiado difícil con ese ruido.
- ¿Quieres hacer la prueba? – dijo desafiante.
- Inténtalo, de todos modos… - en ese momento él levantó su brazo.
Ella creyó que la iba a apartar o algo por el estilo, así que cerró los ojos esperando el impacto… que nunca llegó, en cambio la música se detuvo. Había estado tan concentrada en detenerlo y discutir que no se fijo en que el equipo de sonido estaba justo a su espalda. El muchacho no necesitó más que estirar su brazo para alcanzar el botón de apagado. Entonces fue ella quien explotó.
Siendo incapaz de contenerse, asestó un certero puñetazo en el estomago del chico, quien no pudo hacer mas de retroceder dos pasos y doblarse de dolor, pues cuando se enojaba, la chica adquiría una fuerza casi sobrehumana.
- ¡Eres una bruta! Sabía que encontrarme contigo no me traería nada bueno – reclamó casi con un hilo de voz.
- Tú te lo buscaste, eh tenido un día tan pesado que ya no me queda paciencia para tus atropellos – respondió al tiempo que se preparaba para lanzar otro puñetazo.
Solo que esta vez el muchacho atrapó el puño de la chica con su mano y se resistía a soltarla, no sin algo de esfuerzo. Esto la frustró tanto que con su mano libre lanzó otro puñetazo, obteniendo el mismo resultado.
- No eres la única que ha tenido un mal día, así que deberías se mas considerada con los demás.
- Dices eso porque no sabes lo que me pasó.
- No te pudo haber pasado algo peor que a mí.
- No, a ti no te pudo haber pasado algo peor que a mí.
Con la música apagada, se podía escuchar vagamente la discusión de los dos jóvenes, las vecinas y vecinos de alrededor se miraron entre sí y se encogieron de hombros restándole importancia, una niña incluso se tomó la molestia de cerrar la puerta de la habitación de la chica, para atenuar los casi gritos.
- Por favor, ¡¿Que puede ser peor levantarte temprano para llamar a tu novio por su cumpleaños y que te conteste su “novia”?! Y que para colmo esa estúpida llamada no te deje concentrarte en todo el día y por eso las cosas te salgan mal – confesó finalmente la muchacha.
- ¡Ja! Por lo menos tú te diste cuenta de ese modo, no viste con tus propios ojos a tu novia besándose con otro – contraatacó él. La chica se detuvo en seco.
- O sea que tú… viste a tu novia… - a pesar de que evidente les había pasado lo mismo, se le hacía difícil ponerle nombre a la situación del chico.
- Si – afirmó con voz y mirada gélida – y no por eso vengo a perturbar la paz de mis vecinos – no había olvidado la razón por la que se había enfrascado en esa odiosa discusión.
La muchacha no pudo evitar enojarse por tal comentario, pues para ella había sido muy difícil armarse de valor para hacer esa revelación. No esperaba que la comprendiera solo que la dejara en paz, aun así, al enterarse de que el chico estaba pasando por lo mismo incluso pensó en amistar con él. Pero el hecho de que siguiera reclamándole algo que (sin su consentimiento) ya había pasado le demostró que probablemente a lo más que podía aspirar a llegar con el muchacho era una relación cordial, y eso solo lo lograría soportando sus impertinencias así que sería imposible.
Furiosa, le dio una patada al muchacho justo debajo de la rodilla. Pero él no retrocedió, al ver esto, lanzo un puñetazo que nuevamente fue detenido, llevándolos a la misma situación en que se encontraban minutos atrás.
Esto no hizo más que aumentar su enojo y empezó a darle patadas al muchacho sin cesar. Él no cedió pero una patada lo hizo perder pie, cayendo junto a la chica. Al ver que saldría realmente perjudicado si recibía un golpe estando en esa posición, decidió aprisionar las piernas de la chica con las suyas, inmovilizándola totalmente. Al llegar a esto la muchacha empezó a gritarle toda clase de insultos.
Al principio el chico le respondía de igual manera, lo que llevaba a insultos mas y mas fuertes. Pero repentinamente, ella dijo algo que lo hirió:
- Hmp, de seguro tu novia te engaño porque tienes una forma de ser demasiado odiosa, pero seguramente no te cortó porque le das lastima.
Él se quedo callado unos segundos, porque, presentía que en el fondo era cierto. Mientras ella al principio se sintió victoriosa por haber hecho callar al muchacho, pero justo cuando se empezaba a sentir culpable…
- Pues de seguro tú solo eres un juego para tu novio, lo más probable es que solo este esperando conseguir “favores” tuyos para dejarte – Esto hirió profundamente a la muchacha, pues recordaba que su novio se lo había propuesto la noche anterior, y lo peor es que ella había considerado la posibilidad de aceptar. Aun así no se iba a quedar callada.
- Quien sabe, pero de seguro tú ni siquiera sabes besar, por eso tu novia te engaña.
- Por favor, beso mejor que tu peor-es-nada.
- Ja! Si, como no – rió con sarcasmo.
- Por otro lado, tú seguramente besas tan mal que tu novio tuvo que buscar algo mejor para mientras – ella puso una cara seria por unos instantes.
- Aunque eso fuera verdad, que por cierto no lo es, es algo que tú nunca podrás comprobar – lo estaba retando con la mirada.
- ¿Quieres apostar? – preguntó con un brillo en los ojos y una sonrisa traviesa.
- ¿Que…? – fue lo único que alcanzo a decir, cuando el chico bajó su cara y le plantó un beso.
Ella quedó pasmada unos instantes, más que todo porque no creía que tomaría el reto, entonces reacciono: la apuesta era que ella no lo besaría, aunque él la estuviera besando, si ella no le correspondía no ganaba. Así que empezó a tratar de empujarlo, pero aun tenía las manos atrapadas en las del chico, intentó mover la cabeza pero por alguna razón no podía.
Estuvieron forcejeando unos segundos, entonces a ella se le ocurrió morderlo. Esa fue su perdición. Cuando intentó morderle el labio inferior, él consiguió profundizar el beso. Iniciando una mini guerra dentro de la boca de la chica, el muchacho tenía habilidad y consiguió que ella se rindiera y empezaba a corresponderle.
Cuando sintió que el cuerpo que estaba debajo de él relajaba los músculos, el chico rompió el beso, dejando a la joven un poco agitada y sonrojada, más que todo por haber perdido. Cosa que no tardó en hacerle notar.
- Perdiste – dijo a modo de despedida, se levantó y se fue con una sonrisa burlona en la cara.
De regreso a su cuarto, se acostó en su cama y analizó un poco lo que acababa de hacer, llegó a la conclusión de que en realidad la muchacha no besaba mal y que tenía labios dulces.
Mientras ella, también estaba en su cama pensando en todo lo que le había sucedido desde la mañana, estaba un poco molesta por haber sido derrotada, pero también pensó que en realidad el chico besaba mejor que su futuro ex-novio.
Esa noche, sin ponerse de acuerdo, ambos decidieron que al día siguiente romperían con sus respectivas parejas, no solo por lo que les habían hecho, en realidad ya no tenía tanta importancia. Ahora que tenían una nueva forma de pelear, no se rebajarían al nivel de ellos y andar haciendo ese tipo de cosas estando comprometidos.
Sí, en realidad los iban a cortar porque no querían que les estorbaran en su nueva pelea. No, no era una pelea, era una guerra: una guerra secreta que de cierto modo los hacia cómplices, porque era un secreto solo de los dos.
FIN
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Comentarios, dudas y sugerencias son bienvenidos.
Matta nee~~
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jueves, 17 de marzo de 2011

Hola~~

Bueno, se preguntarán ¿que es esto? ¿que hay aqui? pues la respuesta es muy simple: Mis locuras... así como lo leen, mis locuras, voy a postear cualquier cosa que se me ocurra.

Pero que no cunda el pánico, esto no fue creado por puro aburrimiento (bueno, en parte) el propósito principal de este blog es publicar mis intentos de historias, ya estoy publicando en FanFiction pero quería un espacio para mis historias que no son fanfic, que son meras creaciones mias (es decir, alucines 100% mios XD) así que no me van a poder demandar por derechos de autor (o eso voy a intentar XD) Por cierto, mis inventos son mas que todo romanticos, así que si no les gusta este genero, no esperen mucho, aunque trato de no ser muy cursi jeje.

Quería que la primera entrada fuera esta "presentacion" y una historia, hasta ya había pensado cual iba a poner (estoy sinceramente orgullosa de esa, no solo porque me encantó como quedó, sino tambien porque es la mas larga) pero esa historia es un fanfic, asi que ya esta publicado en FF.

Y pensé que lo primero que se publique aqui debe ser completamente original (es decir, que no este basada en ningun anime, manga, libro, etc) y que como el blog es nuevo, la historia debe ser nueva (yo y mi lógica rara jeje) aunque sí voy a poner las que ya tengo, tambien los fanfics (seeee no me canso de enseñarlos por todos lados XD)

Ya estoy trabajando en una, así que pronto van a conocer mi "trabajo", esta entrada fue solo por presentación. Cabe mencionar que a veces me da por usar palabras japonesas pero no se preocupen, al final o antes o despues o donde sea les voy a poner la traduccion (mas bien lo que creo que "dije" en japones) o cualquier cosa que no hayan entendido, no duden en preguntar. Por cierto en mis entradas van a ver mucho de "XD" creo que ya lo notaron jeje, pero no lo van a ver en las historias, a menos que sea una nota mía. Y otra cosa, disculpen si hay horrores de ortografía, aún estoy trabajando con eso (especialmente los acentos) cualquier error, diganme para corregirlo.

Y para mostrarles  ya un poco de las dichosas palabras japonesas, aqui dejo algunas para ustedes:

Yoroshiku (Gusto en conocerlos)

Matta nee~~ (Hasta otra, esto siempre lo van a ver al final de mis post, comentarios o lo que sea)Sigue leyendo